miércoles, 9 de septiembre de 2009

Cuestión de tablas



La reunión comenzó un poco más tarde lo normal. La sesión de La mesa de los galanes arrancó con las ausencias del Pelao (injustificado), JJ (durmiendo) y el Pollo (lesionado). Los temas que se trataron fueron los mismos de siempre: fútbol, mujeres, fútbol, política y el Gran DT. Pero, en medio de la nada, surgieron tres palabras que destaparon toda una polémica: tabla de inodoro.


Todo se inició cuando Pachi confió que no la utiliza desde el día que se cambió de su primera casa. Relató que el inodoro tenía una tabla de madera que nunca más la volvió a encontrar, por lo que ya no usa. El Gato reconoció que desde que se mudó a su nuevo departamento no tenía una y, como nunca la compró, se acostumbró a vivir sin ella.

El debate se intensificó a la hora de elegir cuál es la mejor. Todos se inclinaron por las antiguas, esas de color negro que tienen un poco de goma que hacen mucho más soportables las largas sesiones de lectura. Descartadas las de plásticos de $ 45 que venden en todos lados.

La charla sobre el tema se intensificó cuando se habló de la higiene. El Chancho recordó que por su paso por el aeropuerto de Munich, a la par del papel del rollo higiénico, encontró un cubretabla descartable de un papel muy fino que le permitió disfrutar de una experiencia única e inimatable.

Harry Potter habló de la fórmula argentina, es decir, cubrir la tabla con el papel descartable. El Gato renegó de esa costumbre, puesto que el "limpio" que la práctica, jamás lo saca y, con el correr de las horas y las salpicadas, el material queda altamente adherido a la pobre tabla. Luisao, como siempre, no dijo nada. Sólo escuchaba lo que lo demás decían.

Acordado el tema que es imposible no salpicar a todos lados cuando se orina, los galanes discutieron que no tienen problemas en levantarla en sus casas, aunque no ocurre lo mismo en los baños del trabajo de un bar. Coincidieron que la punta de los pies es el remedio más efectivo para evitar todo tipo de contactos indeseables. Agotado el tema, Luisao habló para pedir la cuenta y cada uno partió con rumbo distinto pensando cómo afrontarían el resto del días después de haber gastado tanta energía en tan profundo tema.


2 comentarios:

  1. ¡Cómo me perdí esa mesa! Muy bueno el post, la charla, sin desperdicios, por lo que veo. Abrazo, Gatito, qué bueno que te hayas lanzado al mundo blogger, ja.

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  2. Che falto un día y ya se ponen a charlar de cualquier pelotudez. Media pila

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